Cuando la vida se agita, el primer paso es detenerte, respirar y sentir.
Te acompaño a reconectar con el presente y avanzar hacia el cambio. Incluso cuando la vida, como el mar, está revuelta.
“ A veces la vida es como el mar: cambia, se agita, nos arrastra.
La terapia es un espacio para detenerte, respirar, y volver a conectar contigo y con el presente. ”
Soy Paula. Psicóloga, mamá, migrante, lectora curiosa y estudiante eterna (de esas que siempre tienen algún curso empezado).
No siempre supe que quería ser psicóloga. Elegí carrera en un momento difícil de mi vida. Estudié y me gradué en Comunicación, pero descubrí que lo que realmente me apasionaba era la Psicología. Así que cambié de rumbo y volví a empezar.
Me formé en Psicoterapia Integrativa, donde conocí las Terapias Contextuales, y especialmente ACT. Esa formación cambió definitivamente mi forma de entender la terapia.
Antes de dedicarme a la psicoterapia, fui docente durante varios años. Siempre entendí el aula como un lugar seguro donde equivocarse, crear y aprender con otros con respeto, cercanía y humor. Creo que eso también define mi forma de trabajar en consulta.
Soy mamá de Antonia y Joaquina, migrante por elección y habitante de múltiples historias. Me encanta viajar (aunque los aviones me asustan y vivo perdiéndome en aeropuertos), el té de invierno, los mates con amigos, escribir y jugar con acuarelas. No siempre me sale bien, pero en esos ratos encuentro libertad y conexión conmigo misma.
Sé lo que es estar en medio de un cambio, una transición o una decisión difícil.
Por eso creo en la terapia como un espacio de pausa, cuidado y reconexión.
Si algo de todo esto resuena con tus búsquedas, abro las puertas de mi consultorio para acompañarte.
¿Cómo es la terapia conmigo?
No existen atajos ni manuales definitivos; se teje de a dos, con curiosidad, respeto y un toque de humor, siempre con la mira puesta en que lo que descubramos acá te sirva allá, en tu vida de verdad.
No hay fórmulas mágicas
Cada proceso es único. No hay recetas universales. Creo en una terapia hecha “a medida”.
Es un trabajo conjunto. Somos equipo
No vengo a decirte qué hacer. Vengo a ofrecerte herramientas, a acompañarte a mirar, a sentir, a practicar habilidades y a decidir desde tus propios valores.
Es un espacio seguro, sin juicios
Un lugar donde puedas sentirte libre, escuchado, cuidada. Un espacio respetuoso, donde puedas reencontrarte.
Lo importante está afuera
La terapia es una parte pequeña dentro del universo de tu vida. Lo que trabajamos acá tiene sentido si puede trasladarse allá, a tu mundo real.
La creatividad y el humor también curan
Intentaremos que en las sesiones haya siempre lugar para lo espontáneo, lo lúdico. A veces surgen cosas inesperadas que ayudan a cambiar la mirada.
¿Qué es ACT?
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) —se pronuncia act, como actuar— es una terapia basada en evidencia científica, que forma parte de las llamadas terapias contextuales.
Esto significa que busca comprender a la persona en su contexto: su historia, sus vínculos, su entorno, y sobre todo, sus valores.
Es una terapia centrada en ayudarte a construir una vida valiosa y con sentido, incluso cuando eso implica atravesar emociones difíciles o momentos de dolor.
No busca que «te sientas bien todo el tiempo», sino que puedas elegir con libertad cómo actuar, incluso cuando la vida se agita.
Como seres humanos, caemos fácilmente en la trampa de la evitación: intentamos no sentir, no pensar, no recordar, no exponernos. Pero eso, con el tiempo, suele alejarnos de la vida que queremos vivir.
Cuando no estoy segura de estar siendo lo suficientemente clara, suelo pensar: ¿cómo se lo explicaría a mi hija de seis años?
Creo que lo haría así:
“A veces, en nuestra cabeza aparecen pensamientos o sentimientos feos, como si lloviera adentro nuestro. La terapia de aceptación y compromiso te ayuda a no pelearte con esa lluvia. En vez de eso, te enseña a abrir un paraguas y seguir caminando hacia las cosas que son importantes para vos.”
Como dice Russ Harris, uno de los principales referentes de esta terapia:
«La felicidad no es la ausencia de dolor, sino vivir una vida rica, plena y con sentido, aun cuando eso implique malestar.»
ACT es justamente eso: aprender a vivir mejor, no a sentir perfecto.
Temas que suelo acompañar en terapia
Cada proceso terapéutico es único, pero a lo largo del tiempo he acompañado con frecuencia a personas que transitan momentos de cambio, búsqueda y replanteo en distintas áreas de su vida.
Estos son algunos de los temas que suelo trabajar en el consultorio:
Maternidad
El embarazo, el postparto, la crianza, los duelos, la ambivalencia, la identidad que se transforma. Acompaño a mujeres que están atravesando las luces y las sombras de la maternidad, con todo lo que eso implica.
Migración
Vivir lejos del lugar en el que crecimos o sentimos pertenencia puede remover muchas cosas. Trabajo con personas que transitan el desarraigo, la adaptación, la nostalgia o el deseo de reconstruirse en un nuevo lugar.
Cambios vitales
Rupturas, mudanzas, pérdidas, nuevos comienzos. A veces elegimos el cambio, otras veces llega sin pedir permiso. En cualquier caso, la terapia puede ofrecer un espacio para transitar esos momentos con mayor claridad y sostén.
Toma de decisiones
Cuando hay dudas, cuando aparece el miedo a equivocarse, cuando el “sí” y el “no” parecen pesar lo mismo. Acompaño procesos en los que necesitamos mirar hacia adentro para decidir desde un lugar más alineado con nuestros valores.
Gestión emocional
Ansiedad, tristeza, enojo, angustia, frustración. No se trata de “dejar de sentir”, sino de aprender a relacionarnos de otro modo con lo que sentimos, para que nuestras emociones no nos paralicen ni nos arrastren.
Autoestima
La forma en que nos hablamos, nos tratamos y nos miramos. Trabajamos para reconocer patrones, suavizar juicios y construir una relación más amable con uno mismo.
TESTIMONIOS
Palabras de mis pacientes
Empezar terapia:
un primer paso con calma y acompañamiento
Dar el primer paso hacia la terapia puede generar dudas, preguntas, o simplemente una mezcla de emociones difíciles de poner en palabras. Por eso, lo primero que te propongo es un encuentro inicial gratuito, de entre 15 y 30 minutos, para que podamos conocernos.
Nos reunimos por Google Meet, en un día y horario que coordinemos. La idea es que puedas contarme brevemente qué te trae a consulta, despejar dudas, y ver si soy yo la persona adecuada para acompañarte en este momento.
Este primer contacto no es un compromiso: es una puerta abierta para que puedas sentir que estás eligiendo un espacio seguro, respetuoso y en confianza.
Sesión Individual
Bono 4 sesiones
Bono 8 sesiones
Bono especial *
* Imprescindible presentación de justificante para su adecuada verificación de la situación por desempleo, minusvalía, situación de dependencia, etc.
Preguntas Frecuentes
¿Qué pasa después si decidimos empezar?
En la primera sesión formal, te voy a contar cómo trabajo, qué podés esperar del proceso terapéutico y cuál será el recorrido que haremos juntos/as.
Las primeras sesiones (entre la 1 y la 3) van a estar enfocadas en conocerte mejor y en establecer tus objetivos terapéuticos.
Algunas preguntas que nos pueden guiar son:
- ¿Hacia dónde quiero ir?
- ¿Cómo sé que estoy avanzando en esa dirección?
- ¿Cómo me daré cuenta, al final del proceso, de que logré lo que buscaba?
En paralelo, voy a ir armando lo que en ACT se llama una conceptualización de caso. Esto significa construir una mirada integral de tu situación, que conecte tus emociones, pensamientos, comportamientos y valores. No se trata de etiquetarte, sino de entender tu forma de funcionar, para poder ofrecerte un acompañamiento más claro, realista y a medida.
Entre sesiones: la vida también es parte de la terapia
Suele pasar que las cosas más importantes no siempre suceden en la sesión, sino entre una y otra. Por eso, suelo proponerte ejercicios o tareas simples para hacer durante la semana.
No como una obligación, sino como una forma de seguir explorando lo que hablamos. A veces lo que no se ve en sesión aparece después, en una conversación, en una decisión cotidiana, en una sensación inesperada.
La vida, justamente, pasa entre sesión y sesión.
Y todo eso también forma parte del proceso.
Ritmo y duración
En general, durante el primer mes suelo trabajar con una frecuencia semanal. Luego, según cómo vaya evolucionando la terapia, podemos pasar a encuentros quincenales o mensuales.
El ritmo lo definimos juntos, en función de lo que necesites y de lo que vaya emergiendo en el proceso.
¿Qué es lo realmente importante?
Más allá de los formatos, lo esencial es que podamos construir un espacio donde te sientas acompañado/a, escuchado/a y con herramientas reales para transitar los cambios que estás buscando.
Un espacio donde puedas volver a conectar con lo verdaderamente valioso, incluso cuando afuera todo se agita.
Reflexiones para acompañarte
En mi blog comparto experiencias, historias y herramientas para transitar los desafíos emocionales que trae la vida —desde la migración y el duelo hasta los pequeños pasos de crecimiento personal.

